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‘Luces se Encenderán por Todo el la Diócesis’

“La gente de fe siempre querrá ayudar a otros”, dice el Padre Gustavo Falla, párroco de Santa María y San Benedicto-Nuestra Señora de Montserrat en Stamford. “Cuando la fe entra en acción, las personas de fe ofrecen lo que tienen como testimonio personal. Es así como tocan corazones, como tocan vidas. La fe nos enseña que no estamos solos: todos estamos juntos. Dar no se limita a las cosas financieras, pero donde hay gente de fe, los fondos siempre están disponibles. La gente de fe siempre será generosa”.

El Padre Falla, quien también es vicario episcopal para los hispanos en la Diócesis de Bridgeport, señala que la fe profunda de los católicos hispanos está impactando la vida de la Iglesia en el Condado de Fairfield. De los 400 candidatos y catecúmenos que se prepararon para ingresar a la Iglesia Católica a través del Rito de Elección el primer domingo de Cuaresma, la mayoría eran católicos de habla hispana procedentes de parroquias urbanas y suburbanas, muchos de ellos adultos jóvenes.

Santa María y San Benedicto-Nuestra Señora de Montserrat presentaron un abrumador número de candidatos y catecúmenos, seguidos por otras parroquias tradicionalmente hispanas como San Pedro y San Carlos Borromeo, en Bridgeport, y Nuestra Señora de Guadalupe, en Danbury. La devoción a la fe entre los católicos de habla hispana les mueve a ofrecer su apoyo, tanto financieramente como con su tiempo y talento, a su parroquia y a la diócesis en general.

Andrés y Judy Grajales son feligreses de la Parroquia del Sagrado Corazón en Stamford. “Hace aproximadamente cuatro años nuestro pastor, el Padre Alfonso Picone, realizó una encuesta comunitaria y reconoció cuántos hispanohablantes vivían en el barrio. Obtuvo el permiso del Obispo Frank J. Caggiano para comenzar a ofrecer misa en español”, recuerda Andrés, quien habló en el video de la ACA este año.

A medida que más y más católicos hispanos comenzaron a asistir a misa en el Sagrado Corazón, Andrés y Judy se dieron cuenta de que, si bien la parroquia tenía una vida social activa, poco se ofrecía en español. Con el estímulo del Padre Picone, comenzaron un proceso de RCIA en español.

“Creemos firmemente que la fe conduce anima a ayudar”, dice Judy. “El Espíritu Santo te empuja a la acción”.

Escuchando los comentarios de los candidatos en RCIA, y a los feligreses de habla hispana ansiosos de tener más conocimiento de su fe, Andrés y Judy se dieron cuenta de que era necesario hacer más. Organizaron los Seminarios de Vida en el Espíritu, diseñados para ayudar a los feligreses a desarrollar una relación más profunda con el Señor.

Los Seminarios de Vida en el Espíritu ofrecen una oportunidad para que los cristianos exploren una vida más plena en el Espíritu Santo. Los Grajales han visto cerca de 800 personas completar los cursos de siete semanas.

El año pasado, comenzaron a ofrecer un grupo de oración el viernes por la noche en español. “Si escuchas la Palabra de Dios en tu lengua materna, tiene un mayor impacto en tu corazón”, dice Judy, explicando la necesidad de estos programas.

Al mirar a la Iglesia en general, Andrés traza un paralelo práctico que todas las familias pueden entender. “En casa, las luces no se pueden encender si no eres financieramente responsable. La Iglesia es el hogar de Dios y nuestro hogar. Eso es verdad de la parroquia, y de los programas que ayudan a tanta gente en toda la diócesis. Tenemos que hacer nuestra parte. Si somos responsables, las luces se encenderán para la gente en todo el Condado de Fairfield”.

En la Parroquia de San Benito-Nuestra Señora de Montserrat, mayormente hispana, Julio y Liliana Sánchez expresan el mismo sentimiento. Ellos, que también aparecen en el video de apelación, dirigen un retiro de fin de semana cada mes, basado en la Escuela de Evangelización de San Pablo. El objetivo del programa es la formación de los feligreses para convertirse en líderes laicos, que van a servir a la parroquia y la diócesis dondequiera que se necesiten.

“La energía de las personas de fe es el Espíritu Santo”, dice Julio. “Nos trae la energía para salir y ayudar a otros. La misa y las sscrituras no son algo para ser escuchado y olvidado. Si la gente abre su corazón, se involucrará más a menudo. En sus parroquias pueden convertirse en lectores o ministros extraordinarios de la Eucaristía. Desde allí querrán llegar a la comunidad y ayudar a todo el mundo”.

“La Campaña Católica Anual es una forma en que la gente puede hacer eso”, añade Liliana. “Es una manera importante de ayudar a la gente en la comunidad”. Como padre con hijas jóvenes, señala en particular al Fondo de Becas del Obispo para ayudar a las familias a ofrecer una educación católica para sus hijos. Ayudar a los pobres a través de los comedores comunales en la diócesis es otro servicio que toca su corazón. “Si tuviera más tiempo, me gustaría hacerlo cada semana”.

Liliana considera que el vídeo de la ACA, con su énfasis en el testimonio personal, habla poderosamente a los católicos que lo ven. “Cuando la gente ve una cara familiar, es más probable que responda. Ahora, cuando la gente viene a mí después de la misa, les digo que podemos hacer grandes cosas juntos. Dios te da todo. Incluso si todo lo que puedes dar es un poco, una persona que no tiene comida está comiendo ahora mismo gracias a ti”.

(Para más información o para donar a la Campaña Católica Anual, comuníquese con Pam Rittman: prittman@diobpt.org
o 203.416.1479.)