Monthly Newspaper • DIOCESE OF BRIDGEPORT

No podemos elegir qué partes de la Verdad queremos creer o enfatizar

A medida que nuestra nación sigue lidiando con la práctica de separar a los niños de sus familias en la frontera, debemos distinguir nuestros sentimientos políticos sobre este tema de las enseñanzas reales del Señor Jesús, quien Élmismo es la plenitud de la Verdad.

Como hijo de inmigrantes, la idea de separar a los niños de sus padres como un instrumento de política de inmigración es personalmente muy preocupante para mí. También es inconsistente con nuestros valores morales y con la Doctrina Social Católica. El Señor Jesús no pudo haber sido más explícito sobre la acogida del extraño y la protección de la dignidad de todas las personas humanas.

Parece que, al menos entre algunos católicos, nuestro desacuerdo con respecto a este tema radica en la aplicación de las enseñanzas de nuestra fe en situaciones sociales y políticas complejas. Para la mayoría de los católicos, las enseñanzas sociales de la Iglesia no están siendo cuestionadas, sino más bien, la aplicación de esas enseñanzas. En respuesta a ese punto, quisiera enfatizar que la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos ha abogado constantemente por una reforma de inmigración bipartidista que sea legal y compasiva. Recemos para que nuestros líderes promulguen esa reforma pronto.

En segundo lugar, y quizás lo más importante, debo recordarles que todos estamos llamados a mantener, defender y abogar por la plenitud de la Verdad, a pesar de la complejidad del problema o el costo personal para hacerlo. Jesús dijo “Yo soy el camino, la Verdad y la Vida. Nadie viene al Padre sino por mí”. Él no dijo” Yo soy la Verdad y siéntanse libre de elegir lo que quieran de las enseñanzas que les he enseñado”.

Como católicos, debemos testificar valientemente sobre la plenitud de la Verdad que Jesús nos enseñó. Estamos llamados a ser valientemente y sin complejos pro-vida, desde la concepción hasta la muerte natural. Eso implica ser defensores de los no nacidos y hablar en contra de las injusticias del aborto, la eutanasia, la pobreza y la pena de muerte. Tal ética pro-vida consistente también se aplica aquí. No podemos callar cuando los niños están detenidos sin un sistema de apoyo. No podemos permitir que se separen de sus padres en una tierra donde no hablan el idioma, y ​​en un lugar donde se les trata como si fueran criminales, ya que la decisión de venir aquí no era suya.

En resumen, no podemos elegir qué partes de la Verdad queremos creer o enfatizar. Ahora más que nunca, cada creyente debe aceptar su responsabilidad de crecer en nuestro conocimiento personal y apreciación de la plenitud de la Verdad, y debemos acompañarnos unos a otros para encontrar las maneras más auténticas de vivir la Verdad fiel y completamente en nuestro mundo complejo.

La reflexión anterior apareció originalmente en la página de Facebook del Obispo Frank Caggiano. ¡Sigue al Obispo para mantenerte al tanto de sus reflexiones diarias!